martes, 2 de julio de 2013

On 18:11 by Unknown in    No comments

La traducción de hoy sale del blog de Karen Evans, una profesora de Inglaterra. Karen escribe un blog bajo la filosofía de "un mordizco a la vez". La Técnica Alexander es muy amplia, y por lo tanto es a veces difícil de definir, asir o comprender si se trata de captarla en su totalidad. Por lo tanto, Karen ha decidido seguir la siguiente pauta (que me encantó):

Pregunta: ¿Cómo se come un elefante?
Respuesta: ¿Un mordizco por vez.

El siguiente artículo es la segunda parte de una reflexión sobre qué implican los cambios en la Técnica Alexander.

Umbral del cambio – Parte 2

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La semana pasada describí la idea de que hay un umbral de cambio. Por debajo de él podemos hacer de cuenta que el cambio no está ocurriendo. Por encima de él, el cambio es demasiado grande, demasiado personal, demasiado abarcador para ser ignorado; y tenemos que enfrentarnos con el desafío que nos presenta.
Entonces, ¿en qué lado del este umbral se ubica la Técnica Alexander? Sin lugar a dudas(*), del lado de "no se puede ignorar".

Supongamos que estás teniendo una muy buena clase de Alexander. Incluso en algo tan engañosamente simple como ser el acto de flexionar las rodillas, la magnitud del cambio físico y su impacto mental puede ser enorme. FM Alexander lo describe de la siguiente manera:-
Nos acostumbramos a realizar un determinado acto de una determinada manera, y experimentamos una determinada sensación asociada al acto que reconocemos como "correcta." El acto y la sensación particular asociada con él se vuelven uno en nuestro entendimiento. Si... adoptamos un nuevo método... experimentaremos una nueva sensación al realizar el acto la cual no reconoceremos como "correcta".(**)
Las palabras importantes aquí son "nueva sensación" y "correcta". 'Sentirse bien' [sentir que estamos en lo correcto] es algo intrínseco a nuestra forma de ver el mundo. Si intentas hacer algo que no se siente bien, tu cerebro y cuerpo comenzarán a armar un gran bullicio. Si no me creen, intenten caminar con sus zapatos en los pies equivocados por unos minutos. Ese es el bullicio del que estoy hablando, y no es algo que puedas ignorar con facilidad.
Y una vez que empiezas a volverte bueno en la Técnica Alexander, no hay forma de escabullir esto por debajo de ningún umbral. Lo estás haciendo casi todo (o todo) el tiempo; en (casi) todos los movimientos; en un nivel tan básico que cambia tu idea de lo que algo es, y posiblemente incluso cambia la naturaleza de la persona (ie. tú) que lo está haciendo.
En palabras de uno de mis alumnos:-
“el cambio es demasiado sutil para ser notado y demasiado abarcador para no notarlo"
Y esta es una de las razones por las que tomar clases regularmente con un profesor que te apoye es tan útil. No para aprender las ideas. Pero para gradualmente ajustarte al cambio sintiéndote apoyado y alentado, y con una buena dosis de sentido del humor.
 (*)  Quizás no al comienzo. Lleva un rato ajustarse a las nuevas ideas, y forjar tus propias habilidades Alexander.
(**) FM Alexander, Constructive Conscious Control of the Individual, edición IRDEAT p29

Artículo original (en inglés) por: Karen Evans
Traducción al español: Victoria Stanham 

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