domingo, 31 de agosto de 2014
¡Hola!
Bienvenido al blog. ¿Cómo estás? Lo pregunto
en serio, y la respuesta es para ti. Tomate unos segundos de quietud externa e interna para chequear cómo estás (física, mental, emocionalmente) y para
decidir si estás bien dispuesto para leer el blog.
Este es un blog sobre Técnica Alexander
en su relación con el cambio de reacciones habituales (físicas, mentales,
emocionales).
El propósito de este blog es que experimentes con
diferentes ideas sobre cómo hacer las cosas de otra manera, o cómo no hacerlas
directamente.
Quien escribe es Victoria Stanham, profesora de Técnica Alexander. Me dedico a investigar y experimentar con esto en mi vida
diaria.
Mi objetivo para hoy es
que te puedas llevar una experiencia nueva del
manejo de tu atención. También quiero brindarte al menos un concepto de organización mental que sea directamente
aplicable al cambio de hábitos y que te resuelva una pregunta actual que
tengas sobre este tema.
Si te interesa, tomate un minuto para preparar tu
pregunta. Que sea concisa y clara.
A medida que sigas leyendo, andá notando
los efectos de lo que leés en tu grado de tensión física, mental o emocional. Tratá
de notar si lo que leés te pone nervioso, te enoja, te tranquiliza, te
confunde, lo que sea.
Notá también si tu atención se va, y
leés en modo automático, sin procesar la información. Si te pasa esto, pará,
respirá y traé tu atención devuelta al presente. Si tu atención insiste en
volarse a otro tema, revaluá si vale la pena seguir leyendo o si tendrías que
estar haciendo otra cosa.
La
habilidad de monitorear nuestra atención y nuestra reacción corporal a los
estímulos del ambiente, es la base del éxito en cualquier cambio de hábitos que
queramos lograr.
Una reacción habitual sigue esta
secuencia:
1. Percibo estímulo (consciente o
inconscientemente)
2. Respondo con una acción automática
que no requiere pensar.
A veces esto es bueno y útil. Por suerte no tenemos
que razonar cada acción que tomamos. ¡Sería agotador!
Pero a veces, nos damos cuenta que nuestra forma de
reaccionar nos está causando problemas, y la queremos cambiar. Esto no es fácil
porque el hábito es fuerte y cómodo (aunque nos haga mal).
Para tener éxito, tenemos que aprender
a parar antes de reaccionar, y darnos tiempo para decidir la respuesta que queremos dar.
El problema es que los estímulos a veces nos pasan
desapercibidos, y nos damos cuenta que estamos reaccionando de la forma habitual
cuando ya está todo el pescado vendido.
La solución a este problema es aprender a percibir las señales que nos indican que ya estamos preparando
una respuesta.
Nuestras respuestas arrancan mucho antes de lo que nos
damos cuenta. Nuestros cerebros anticipan constantemente, construyendo nuestras
respuestas en base a experiencias pasadas.
La anticipación se da como un estado simultáneamente
físico, mental y emocional. Dónde quizás sea más fácil de notarla es en el
cuerpo (cambio en el ritmo cardíaco o respiratorio, tensión muscular,
cosquilleo, etc.).
A medida que aprendemos a ser
conscientes de nuestras reacciones anticipatorias, empezamos a tener la
posibilidad de cambiarlas.
Y para ser conscientes de nuestras reacciones
anticipatorias, necesitamos volvernos conscientes de nuestro cuerpo.
¿Qué tenemos que
sentir del cuerpo?
Es aquí donde la
ayuda de un guía se vuelve valiosísima. Si me acompañás, me
encantaría mostrarte los caminos que yo ya recorrí.
En resumen, la nueva reacción que
queremos establecer seguiría esta secuencia:
1. Percibo estímulo (consciente o
inconscientemente)
2. Percibo reacción anticipatoria… y la
suelto.
3. Recuerdo mi propósito.
4. Reevalúo mis opciones de respuesta.
5. Decido una respuesta.
6. Ejecuto mi elección manteniendo
consciente mi propósito y monitoreando mi respuesta.
Llegaste al final del blog. Es tu momento de evaluar.
¿Se respondió tu pregunta?
Hasta la próxima.
Victoria
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Hola! Victoria, te cuento como estoy? con una lucha interna (lo defino yo). Cuando uno decide cambiar hábitos, contestaciones y reacciones, es normal que se junte todo lo que expresaríamos antiguamente y nos produzca como un colapso y sentamos que vamos a estallar? No se si me explico? me encataria si me podes ayudar :) que andes bien!
ResponderEliminarHola Griselda!
EliminarEntiendo en lo que estás. Cambiar hábitos no es nada fácil. Yo sigo luchando con algunos. Te cuento lo que me ha servido a mí. Tomá lo que te sea útil y lo demás dejalo ir. No hay respuestas absolutas.
Siempre es bueno recordar que todo hábito es una respuesta a una necesidad real, y como tal tiene su razón de ser.
Por eso, para cambiar hábitos no es sólo cuestión de encontrar una nueva respuesta satisfactoria, sino que también sirve tener claro cuál es la necesidad que estamos tratando de satisfacer. Como verás, cuando no podemos cambiar algo, es porque nos está faltando información, no estamos pudiendo ver cómo se conectan realmente los factores que influyen en la situación.
Esto es importante, porque si queremos cambiar la respuesta que estamos dando, tenemos que asegurarnos que la nueva respuesta satisfaga nuestra necesidad. Si estás sintiendo que la alternativa que elegiste a tu hábito te deja frustrada y con ganas de estallar, quizás no es una respuesta que honre tu real necesidad.
Para toda necesidad hay innumerables respuestas posibles. Generalmente, cuando yo veo que estoy trancada en mi proceso de cambio de un hábito se debe a uno de dos factores: 1) no descubrí cuál era la necesidad real debajo del comportamiento; o 2) aunque conozco la necesidad, no puedo imaginarme qué otra respuesta podría satisfacerme porque todas las que pruebo me dejan insatisfecha.
En ambos casos, es difícil ver algo que no conocemos o no queremos re-conocer. Por lo tanto si veo que me tranco mucho, pido ayuda. Dependiendo qué tipo de hábito es (físico, mental, emocional) busco a la persona más idónea para ayudarme a ver lo que no estoy pudiendo descubrir por mi misma.
Espero que esta respuesta te haya aclarado un poquito.
Abrazo.
Victoria
Gracias Victoria por tomarte un tiempo y contestarme. La verdad me dejas pensando como siempre :) hay que seguir trabajando no? Muchas gracias!
ResponderEliminarEl trabajo no termina nunca, siempre hay una nueva capa para remover. Pero eso es lo lindo si uno tiene alma de aventurero y ganas de descubrirse. Como en el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, cada uno decide qué tan profundo quiere bajar por el túnel del conejo blanco.
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