viernes, 30 de mayo de 2014
Cambiá tu perspectiva y tus
expectativas.
Tomate
un minuto para evaluar sobre qué está basada tu relación con el ejercicio
físico.
¿Por qué
estás en esta relación? ¿Por tu peso? ¿Por los beneficios a largo plazo para tu
salud? ¿Porque tenés que hacer
ejercicio (todo el mundo lo hace)? ¿Porque tu doctor (o tu madre) te dice que
deberías hacerlo? Tirá todas esas razones a la basura.
Como con
todas las relaciones, la clave al amor
verdadero (llegar a ese punto en el que “extrañás” al otro cuando no está),
es disfrutar de pasar tiempo juntos.
Neceistás aprender a disfrutar del movimiento por el movimiento mismo, por el
puro gozo de sentir a tu cuerpo moverse.
Dejá de pensar en lo que el ejercicio puede hacer por
ti a largo plazo: ¿Qué es lo que YA hace por ti hoy?
¿Te
sentís más feliz después de mover tu cuerpo? ¿Más libre y flexible? ¿Más
poderosa? ¿Te
aclara la cabeza y te limpia de preocupaciones por un rato? ¿Es el mundo un
mejor lugar después de pasar un tiempo moviendo tu cuerpo?
Si te
enfocás solo en los beneficios a largo-plazo, y no podés ver lo que el
ejercicio ya está haciendo por ti hoy, vas a quitarle todo el gusto y gozo a tu
relación. Empezá a vivir tu relación en
el presente. Replanteate por qué te gusta moverte, y dejá por un rato los
beneficios que ello te trae (los beneficios vienen solos si te movés… tu
relación es con el movimiento y no con los beneficios).
Dejá de pensar tanto sobre lo que el ejercicio físico debería
brindarte a ti: ¿Qué le podés dar tú a tu cuerpo en movimiento?
Al igual
que con todas tu otras relaciones, lo mejor que podés darle al otro es tu atención completa. Aprendé a leer y
distinguir las sutilezas de tono que se dan en tu cuerpo al moverse, sus
cambios de inflexión. Disfrutá y maravillaste en el puro gozo y placer de
sentir a tu cuerpo golpeando, sacudiendo, saltando y bailando al estrés fuera
de tu mente, cuerpo y alma. Después, se pueden quedar los dos juntitos regocijándose
en la gloriosa modorra del post-ejercicio.
5 formas de poner esto en práctica ya
mismo
1. Hacé una lista de las razones por las que te GUSTA
moverte. Leela
seguido.
Es bueno
recordarse cada tanto de qué se trata REALMENTE su relación, especialmente
cuando la cosa se pone difícil.
2. Hacé una lista de las formas de movimiento que te
encanta practicar.
Cuando
la cosa se pone difícil (y no tenés ganas de moverte), tenés que tener una base
sólida de amor por el movimiento para no abandonarlo por completo. No esperes
enamorarte de tu rutina de ejercicio mañana si elegiste una que nunca te gustó
para empezar. Buscate una actividad que te ENCANTA hacer.
3. Empezá a aprender las básicas del mapeo-corporal. Aplicá
estos conocimientos durante el ejercicio.
Podés empezar
por llevar la atención a tus pies,
o tus axilas, o tu cuello, durante el movimiento.
El punto es que empieces a conectar con tu
cuerpo en movimiento, aprender a estar presente en el momento y en el
movimiento. La fuente de la felicidad mana de aquí.
4. Empezá a buscar posibles lugares donde puedas ir para tus citas con el
ejercicio.
Decidí si preferís en tus citas tener tiempo a solas
con tu cuerpo (quizás caminar o correr por la playa o el parque… podés llevar
al perro), o si te gusta ir a fiestas con amigos (una clase de danza, pilates,
yoga, o entrenamiento funcional, un partido de tenis… tantas opciones).
5. Si tu
relación está en graves problemas, si no hay puentes de comunicación posibles, pedí
ayuda.
Un buen profesor o entrenador puede hacerte toda la diferencia si te encontrás
que odiás pasar tiempo con tu cuerpo durante el ejercicio. Lo que necesitás es aprender su idioma. Sólo
entonces van a poder comunicarse mutuamente y con claridad sus necesidades y
placeres respectivos. Un profesor de Técnica Alexander puede ayudarte a
recontactarte con lo que tu cuerpo está sintiendo, a comunicarle tus
intenciones claramente, y a crecer juntos hacia su verdadero potencial.
Contame cómo te fue con esto en el espacio para
comentarios.
Nos vemos la semana que viene.
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Si te interesa saber más sobre cómo recuperar tu
relación con tu cuerpo en movimiento, te invito a chequear de qué se trata mi trabajo o contactame.
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