lunes, 1 de abril de 2013
On 20:36 by Unknown No comments
¿Cómo se marca una corrección sin poner al alumno en situación de alerta? ¿Cómo se recibe una corrección sin entrar en situación de alerta?
Quizás el problema es el término "corrección"; a mí al menos me sabe a "juicio". Aunque el profesor no tenga un juicio en mente, y lo que haya aportado es una sugerencia o una observación con la mejor intención de ayudarnos, nuestros años de crianza y educación nos han generado un severo juez interno que se toma la libertad de hacernos sentir en falta ante cada comentario. Cuando nos sentimos en falta automáticamente nos defendemos. Y cuando nos defendemos nos tensamos y con esto se va por la borda toda la apertura para el aprendizaje; en ese momento tratamos de "corregir la falta" para "hacerlo bien".
Entonces me vuelvo a preguntar: ¿Cómo se marca una corrección sin poner al alumno en situación de alerta? ¿Cómo se recibe una corrección sin entrar en situación de alerta?
La pregunta me surgió hoy mientras tomaba una clase de pilates. Oí que alguien le comentaba a mi profesora que yo estaba tensando el cuello al realizar los ejercicios. ¡Mi ego que se define y jacta de "profesora de Técnica Alexander" no pudo tolerarlo! Automáticamente todos mis mecanismos entraron en alerta y me pasé el resto de la clase tratando de "soltar el cuello", a ver si el próximo comentario era más "positivo". En definitiva, perdí el gozo y en los hechos nunca supe si finalmente lo había "hecho bien".
Al terminar la clase y de camino a dar una clase yo (o sea cambiar de roles de alumno a profesor) me surgió esta pregunta que hoy me inquieta: ¿Cómo se marca una corrección sin poner al alumno en situación de alerta? ¿Cómo se recibe una corrección sin entrar en situación de alerta?
Quizás para mi lo importante es reconocer ante cada juicio que en los hechos todo es perfecto tal cual es. Todo está en un perfecto equilibrio al que no le falta ni le sobra nada; quizás el equilibrio actual no es el más eficiente para la tarea que me propongo, pero eso no lo hace equivocado o malo.
Como alumno (de lo que sea) quiero que tu observación venga sin juicio implícito, ya que estoy haciendo lo mejor que puedo, y lo mejor que conozco. Quiero que me preguntes o al menos consideres cuál es mi necesidad y mi objetivo al realizar la acción como la estoy haciendo. Y si, según mi necesidad u objetivo, tienes una mejor idea o propuesta para realizar la acción, que la que yo estoy pudiendo ofrecer, quiero que me ayudes a experimentarla en mi, ya que a tus palabras sin sensorialidad corro el riesgo de interpretarlas según mis limitaciones actuales.
Como profesora es muy importante recordarme esto todo el tiempo: mis alumnos no cometen errores, simplemente eligen entre las formas de organizar el esfuerzo/energía que tienen disponibles y reconocen como posibles. Por lo tanto, mis alumnos no necesitan "ser corregidos". Todo lo que puedo ofrecer como profesor es otra opción de organización, tan válida como las que el alumno ya conoce, pero que contempla otras necesidades (en el caso de la TA generalmente es la eficiencia en el uso de la energía).
No es fácil hacer esto. Pero reconocerlo es un comienzo...
Quizás el problema es el término "corrección"; a mí al menos me sabe a "juicio". Aunque el profesor no tenga un juicio en mente, y lo que haya aportado es una sugerencia o una observación con la mejor intención de ayudarnos, nuestros años de crianza y educación nos han generado un severo juez interno que se toma la libertad de hacernos sentir en falta ante cada comentario. Cuando nos sentimos en falta automáticamente nos defendemos. Y cuando nos defendemos nos tensamos y con esto se va por la borda toda la apertura para el aprendizaje; en ese momento tratamos de "corregir la falta" para "hacerlo bien".
Entonces me vuelvo a preguntar: ¿Cómo se marca una corrección sin poner al alumno en situación de alerta? ¿Cómo se recibe una corrección sin entrar en situación de alerta?
La pregunta me surgió hoy mientras tomaba una clase de pilates. Oí que alguien le comentaba a mi profesora que yo estaba tensando el cuello al realizar los ejercicios. ¡Mi ego que se define y jacta de "profesora de Técnica Alexander" no pudo tolerarlo! Automáticamente todos mis mecanismos entraron en alerta y me pasé el resto de la clase tratando de "soltar el cuello", a ver si el próximo comentario era más "positivo". En definitiva, perdí el gozo y en los hechos nunca supe si finalmente lo había "hecho bien".
Al terminar la clase y de camino a dar una clase yo (o sea cambiar de roles de alumno a profesor) me surgió esta pregunta que hoy me inquieta: ¿Cómo se marca una corrección sin poner al alumno en situación de alerta? ¿Cómo se recibe una corrección sin entrar en situación de alerta?
Quizás para mi lo importante es reconocer ante cada juicio que en los hechos todo es perfecto tal cual es. Todo está en un perfecto equilibrio al que no le falta ni le sobra nada; quizás el equilibrio actual no es el más eficiente para la tarea que me propongo, pero eso no lo hace equivocado o malo.
Como alumno (de lo que sea) quiero que tu observación venga sin juicio implícito, ya que estoy haciendo lo mejor que puedo, y lo mejor que conozco. Quiero que me preguntes o al menos consideres cuál es mi necesidad y mi objetivo al realizar la acción como la estoy haciendo. Y si, según mi necesidad u objetivo, tienes una mejor idea o propuesta para realizar la acción, que la que yo estoy pudiendo ofrecer, quiero que me ayudes a experimentarla en mi, ya que a tus palabras sin sensorialidad corro el riesgo de interpretarlas según mis limitaciones actuales.
Como profesora es muy importante recordarme esto todo el tiempo: mis alumnos no cometen errores, simplemente eligen entre las formas de organizar el esfuerzo/energía que tienen disponibles y reconocen como posibles. Por lo tanto, mis alumnos no necesitan "ser corregidos". Todo lo que puedo ofrecer como profesor es otra opción de organización, tan válida como las que el alumno ya conoce, pero que contempla otras necesidades (en el caso de la TA generalmente es la eficiencia en el uso de la energía).
No es fácil hacer esto. Pero reconocerlo es un comienzo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario