viernes, 10 de enero de 2014
On 12:53 by Unknown 2 comments
¿Te hiciste una lista de resoluciones u objetivos para el
2014?
Yo sí. Una larga lista. Los escribí prolijamente en mi diario. Durante
la segunda mitad de diciembre del año pasado me las pasé agregando nuevos mini
objetivos a mi lista, a medida que se me iba acordando de todo lo que quiero
lograr en el 2014.
·
Dejar
de tomar Coca Light
·
Meditar cada mañana y noche
·
Hacer yoga cada mañana
·
Bloguear con mayor
asiduidad
Y la lista seguía y seguía…
Hoy es 10 de enero. ¿Cuántas de tus resoluciones u
objetivos siguen en pie?
Lamento informar que de los míos sólo uno se mantiene a
flote, y esto se debe a que es para el único que tenía un plan accionable y
detallado para seguir diariamente Y ADEMÁS me motiva mucho: puedo ver su valor.
¿El resto? Bueno, se hundieron como el Titanic cuando se
chocaron con el primer iceberg motivacional.
¿Qué tan familiar te resulta esta situación?
Para mí es un tema de cada año. Una parte mía incluso se
estuvo riendo socarronamente mientras escribía mis objetivos en diciembre. Me
decía, “Acá vamos devuelta como cada año. ¿Cuánto te va a durar esto Vicky? Le doy un día. Como máximo.” La otra parte mía se mantenía firme en su
planificación y listado de altos ideales (a esa parte le encantan las listas),
ignorando los comentarios sarcásticos de la voz dentro suyo. “Este año estoy
realmente motivada,” pensaba, “y realmente veo el valor de instalar estos
hábitos en mi vida.”
Pero ¿tenía yo un plan específico para lidiar con los
icebergs motivacionales?
Te explico lo que son estos icebergs motivacionales. La parte tuya
que hace la lista de objetivos y metas y se entusiasma toda con los beneficios
que logrará al conquistarlos NO ES la parte tuya que va a estar haciendo el
trabajo en última instancia. (Escribí ya sobre este problema de personalidades
múltiples en otro post.) La parte planificadora NO es la parte
ejecutante; y la mayor parte del tiempo a la parte ejecutante NO le entusiasman
los planes de la parte planificadora.
¿Por qué es que a la parte
ejecutante no le divierten los planes de la parte planificadora?
Porque la parte planificadora por lo general no deja
instrucciones precisas y concretas sobre cómo seguir ejecutando el plan cuando
aparecen los icebergs motivacionales. Cuando todo está lindo y soleado, a la
parte ejecutante le gustan (o al menos no le molestan) los planes de la parte
planificadora. Pero, pronto, aparecen los obstáculos: estás cansada, con sueño
o hambre o aburrimiento, tu motivación anda bajísima, no tenés ganas de hacer nada, etc. Estos obstáculos imprevistos podrían haber sido fácilmente
previstos (después de todo son bastante obvios) y se podría haber planificado
cómo sortearlos.
¿Qué hacer entonces?
Primero, reducí
el número de objetivos que te propusiste. Enfocarte en UN objetivo, UN
hábito a instalar, será más fácil de manejar y planificar. Esto también
mantendrá tu energía enfocada en un objetivo en vez de dispersa en demasiados,
con la consecuencia de que acabás no llevando a cabo ninguno.
Segundo, planificá cómo vas a manejar los icebergs
motivacionales relativos a tu objetivo. ¿Qué cosas son las que son
propensas a descarrilarte? ¿Qué necesitás preparar y planificar con antelación
para ayudarte a sobrellevarlas?
Una de las mejores maneras de hacer esto es manipulando
tus condiciones externas para que te estimulen hacia tu objetivo, en vez de
complicarte la ejecución. Por ejemplo, si yo me hubiese tomado en serio el
objetivo de hacer yoga cada mañana, tendría que haber dejado mi yoga mat lista
en el living la noche anterior, con el espacio preparado, mi compu con mi video
de yoga favorito listo para poner play, mi ropa de gimnasia prolijamente
dispuesta certa de mi cama de tal forma que sea la primera cosa que veo al
despertarme, mi despertador puesto para sonar a la hora correspondiente, etc.
Así que pensá, ¿cómo podés manipular tus condiciones
externas para que te ayuden a mantenerte enfocada en tu objetivo?
Tercero, encontrá
cómplices, o sea, un grupo. Esto
es importantísimo para poder sortear los icebergs motivacionales. Puede ser tan
sólo una persona con quien compartís el proceso, no es necesario involucrar a
todos tus amigos y toda la familia (aunque cuantos más te apoyen y compartan tu
camino, mejor, claro está).
Cuarto, adquirí el conocimiento necesario, o sea, encontrá
un profesor. Puede ser realmente frustrante el tratar de
cambiar algo o hacer algo nuevo si no tenés el conocimiento necesario para
realmente progresar en tu camino. ¡Podrías incluso estar trabajando con
información equivocada para tu objetivo en particular! Por ejemplo, si yo
tuviese una hernia lumbar o estenosis de columna, o alguna otra patología de la
columna vertebral, realmente necesitaría conseguir un muy buen profesor de yoga
que supiese del tema antes de largarme a hacer las poses (y claro, ¡antes
debería consultar a un médico!). Mi profesor puede entonces diseñarme un
programa de posturas que se ajuste a mis objetivos y condiciones particulares.
Mejor aún, puedo retornar regularmente a clases con ella para medir mi
progreso, recibir nuevo conocimiento, y corregir cualquier desviación o mal
hábito que haya adquirido al practicar sola.
¿Es corregir tu postura uno
de tus objetivos para el 2014?
¿Te gustaría que lo fuese?
Si tu respuesta es sí, y estarás en Montevideo (Uruguay) en Febrero, te dejo la siguiente invitación.
Voy a estar haciendo una
serie de talleres de 3 horas sobre Postura,
Propiocepción y Respiración para grupos muy reducidos (sólo tú y una/o o dos e tus amigas/os).
Si te interesa, ingresá
tu nombre y tu dirección de email en el formulario que aparece en la esquina
superior derecha de este blog, y recibirás toda la información relevante en
las próximas semanas.
Nos vemos la próxima semana.
Abrazo.
Victoria
--
Image credit: "Titanic Ship Sinking At Night" by Victor
Habbick /freedigitalphotos.net
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Felicitaciones Victoria por esta iniciativa, mucha suerte! Un abrazo grande!! mar pilar
ResponderEliminarGracias mar pilar! Nos vemos pronto
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