viernes, 13 de noviembre de 2015
On 17:30 by Unknown No comments
Ando buscando inspiración. Quiero colgarme en un nuevo
viaje, y ando en busca de un guía.
El problema es que soy una alumna “difícil”,
“exigente”. Algunos me llamarán rompe-cocos, y quizás tengan razón.
Por eso estoy mandando esta carta abierta al
ciber-espacio. Quizás tú que estás leyendo conocés lo que yo estoy buscando.
Para simplificarte la tarea, armé el pentálogo de la propuesta que busco:
1. Llegué por
recomendación de alguien que conoce mis intereses.
Ok. Vamos bien. Si me lo recomendás tú que me estás
leyendo, ya tenés alguna idea de por dónde van mis intereses. O sea, estoy
abierta a tus recomendaciones.
2. La Propuesta busca el
desarrollo de la persona como una totalidad.
Voy a un montón de cursos aislados de temáticas
concretas, pero las cosas que me atrapan y me tienen orbitando durante años
bajo su influencia son aquellas que me ayudan a conocerme y expandir los
límites de mi definición personal.
Claro que me cuelgo con cosas que incluyan estudio del
movimiento, actuación, voz, comunicación, y medicina. Pero creo que hasta iría
a clases de ‘micro-economía de poblaciones de hormigas’, o ‘contabilidad de
empresas logísticas’ si me dicen que el
foco principal es aprender sobre uno mismo.
Casi cualquier cosa puede tomarse con esta finalidad
en mente. Todo va en la concepción del
ser humano, del universo, y de cómo se relacionan estas dos variables que tenga el docente. Hay gente que
puede hacer del macramé con hilo francés un arte del autodescubrimiento, una
filosofía de vida, una forma de encarar la existencia… y esas son las almas que
me gustan.
¿Ya tenés alguien en mente? Genial. Andá anotando
ideas.
Te aviso que me gusta informarme sobre el docente
antes de ir a clase. Lo hago para hacerme una idea de cómo piensa, qué hace,
qué intereses tiene… en resumen: por dónde le pica la pelota.
Te cuento las cosas
qué busco en un potencial guía:
3. Tiene una
pata en cada paradigma: holístico – científico
Si hay algo que me fascina es la gente con la
capacidad de bucear en muchos estanques. Sin duda admiro al experto en un área
concreta, pero valoro por sobre todo al experto en algo…que sabe cómo su algo
se comunica con el resto del universo (o al menos tienen un interés por
saberlo).
Cuantos más puentes sepa tender un docente entre su
pequeño mundo y el vasto universo de técnicas y filosofías a su alrededor, más
lo respeto. No me gustan los fundamentalismos, de ningún tipo. Me parece que el
universo es un poco demasiado inaprehensible para negarse a otras posibles
interpretaciones, lecturas y verdades.
4. Ofrece un
plan integrado de teoría y experiencia
Todo bien con las filosofías, pero tiene que haber
cuerpo, tiene que haber aplicación práctica, tiene que vivirse, tiene que haber
un método para experimentar eso que se transmite.
Y todo bien con la práctica, con la experiencia, pero necesito
poder conceptualizarla, integrarla, expresarla con la palabra, darle sentido a
la experiencia.
5. Vive lo
que predica
La otra cosa que miro mucho es cuánto se refleja lo
enseñado en la vida propia del docente: ¿vive su propio discurso?
En algún punto voy a preguntarle ¿por qué estamos
haciendo esto? y quiero que al menos tenga una teoría viable. Si pido un guía,
es porque quiero alguien que conoce el terreno en su experiencia y no de los
libros nomás.
No necesito certezas, pero me gustan los mapas. No
tengo problemas con los desafíos y los votos de confianza. Pero necesito saber
que el desafío es justificado en pos de un crecimiento mutuo, y no por vaya uno
a saber qué vueltas de la enredada psique del docente.
Listo, eso es todo.
¿Tenés alguien
para recomendarme?
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