viernes, 15 de noviembre de 2013
On 8:38 by Unknown No comments
Bruce ha escrito un libro de
poesías ("Where This Path Begins") inspiradas en el Tao Te King y la Técnica Alexander. En este artículo
comparte uno de sus poemas y su comentario sobre cómo aplica esto a la Técnica
Alexander (y por ende a nuestra forma de ser en el mundo).
El artículo hace eco de mi forma
de pensar y concebir la Técnica Alexander. Existimos a través de nuestra
fisicalidad, todo lo que somos, pensamos y creemos se manifiesta en el cuerpo,
y podemos aprender a percibirlo... entonces, y solo entonces, tendremos la
llave para el cambio, para ser quienes realmente queremos ser.
No creas una palabra de lo que digo
por Bruce Fertman el 9 Noviembre, 2013
Tres
De dónde vienen todos
La arrogancia lleva a la soledad.
La codicia a la pérdida.
Dale a otros y no serás pobre.
Sirve a las personas que te sirven.
Trabaja bajo aquellos que trabajan bajo tuyo.
Aquieta tus propios miedos, y los que te rodean tendrán menos miedo.
Abre tu propio corazón, y los corazones de las gentes se abrirán.
Has esto, y las gentes tendrán lo que necesitan.
Tú tendrás lo que necesitas.
No habrá nada más por hacer.
Comentario Alexander...
Uno de los principios que subyacen a este pasaje es que cambiarnos a nosotros mismos es generalmente la mejor manera de cambiar a otros. La Técnica Alexander también adopta este principio. Practicar la Técnica Alexander significa atendernos a nosotros mismos, hacer nuestro propio trabajo interno. Lo maravilloso de la Técnica Alexander es que nos da una forma de hacer esto físicamente. Nuestros cuerpos son capaces de alertarnos, justo antes de que nos metamos en problemas.
Por ejemplo, "La arrogancia lleva a la soledad". La arrogancia no es solamente una actitud; es un estado físico. La arrogancia se expresa físicamente. La expresión de la arrogancia puede ser abierta o encubierta, pero en ambos casos se puede sentir, discernir. Cuando nuestro sentido kinestésico (propioceptivo) se vuelve lo suficientemente afinado, podemos notar que estamos empujando nuestros cuellos hacia atrás y sobre-estirándolos (cuello-tieso). Podremos notas que estamos inflando el pecho, trabando nuestras rodillas, (y así doblegando a todas las otras rodillas). Una advertencia. Atención. Presta atención. Si prestamos atención a la advertencia, si realmente queremos lo mejor para nosotros y para los otros, se estamos dispuestos a que nuestro ego ceda el paso a lo que es bueno en nosotros, si recordamos que no queremos estar en lo correcto, o ser mejor que otros, sino que queremos estar en paz, entonces podemos soltar esta postura arrogante, la podemos dejar caer, y con ella caerá la arrogancia también, y quizás la soledad también. La energía que usamos para mantener la arrogancia, la cual es considerable, vuelve a nosotros, para ser usada de mejor forma.
John Dewey, uno de los grandes filósofos americanos de la educación, y alumno de Alexander, escribió sobre cómo el trabajo con la Técnica le permitió darse cuenta cuando estaba enredado en sofistería y cuando estaba siendo un verdadero amante de la verdad, literalmente un "filo-sof-o". Luego de años de estudiar la Técnica podía sentir, somáticamente, a través de su sentido kinestésico (propioceptivo), cuando estaba siendo un sofista, y sabía entonces que estaba intentando ganar un debate, en vez de intentar descubrir la verdad, sin importar quién la descubría. Entonces, en estas situaciones, era capaz de hacer el movimiento de retorno a quién era él cuando estaba en sus mejores momentos.
Por ejemplo, "La arrogancia lleva a la soledad". La arrogancia no es solamente una actitud; es un estado físico. La arrogancia se expresa físicamente. La expresión de la arrogancia puede ser abierta o encubierta, pero en ambos casos se puede sentir, discernir. Cuando nuestro sentido kinestésico (propioceptivo) se vuelve lo suficientemente afinado, podemos notar que estamos empujando nuestros cuellos hacia atrás y sobre-estirándolos (cuello-tieso). Podremos notas que estamos inflando el pecho, trabando nuestras rodillas, (y así doblegando a todas las otras rodillas). Una advertencia. Atención. Presta atención. Si prestamos atención a la advertencia, si realmente queremos lo mejor para nosotros y para los otros, se estamos dispuestos a que nuestro ego ceda el paso a lo que es bueno en nosotros, si recordamos que no queremos estar en lo correcto, o ser mejor que otros, sino que queremos estar en paz, entonces podemos soltar esta postura arrogante, la podemos dejar caer, y con ella caerá la arrogancia también, y quizás la soledad también. La energía que usamos para mantener la arrogancia, la cual es considerable, vuelve a nosotros, para ser usada de mejor forma.
John Dewey, uno de los grandes filósofos americanos de la educación, y alumno de Alexander, escribió sobre cómo el trabajo con la Técnica le permitió darse cuenta cuando estaba enredado en sofistería y cuando estaba siendo un verdadero amante de la verdad, literalmente un "filo-sof-o". Luego de años de estudiar la Técnica podía sentir, somáticamente, a través de su sentido kinestésico (propioceptivo), cuando estaba siendo un sofista, y sabía entonces que estaba intentando ganar un debate, en vez de intentar descubrir la verdad, sin importar quién la descubría. Entonces, en estas situaciones, era capaz de hacer el movimiento de retorno a quién era él cuando estaba en sus mejores momentos.
Pero como mi maestra, Marj Barstow solía decir, "No creas una palabra de lo que digo." La filosofía de Lao Tzu no se trata de creer en algo. Se trata de llevar a cabo experimentos de vida. Descubre por ti mismo si lo que dice es verdad.
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