viernes, 24 de octubre de 2014
On 14:17 by Unknown in Aprender a hacer, Auto Observación, Crear Espacio, Mapa Corporal, Principios No comments
Un blog sobre la
importancia de darte espacio
Hola. ¡Qué bueno que estás
por aquí!
Hoy, arranco con un nuevo ciclo de blogs en el que
pretendo elaborar sobre los 6 principios desde los que trabajo.
Por eso, para honrar el nuevo comienzo, tomémonos un
minuto para centrarnos y volver al presente. Con ojos cerrados hagamos una
respiración lenta y profunda.
El propósito de hoy es
justamente hablar sobre este acto de centrarse y volver a uno. Me gustaría
comunicarte lo integrador y poderoso que es este simple acto de volver al
cuerpo antes de lanzarte a la acción.
Hablaremos por eso del Principio de Contexto y Contenido.
Y como vamos a estar
hablando de volver al cuerpo, está bueno empezar por sentirlo un poco.
Te invito a que nos
desperecemos, estirándonos y moviendo las articulaciones, quizás hasta bostezando.
Lo que sea que te haga sentir la presencia física de ese fabuloso contenedor
que es tu cuerpo.
Primero la teoría.
Principio de Contexto y
Contenido:
El contexto determina la experiencia del contenido.
Esto significa que cómo hacemos algo
influye directamente sobre cómo lo vivimos. En
otras palabras, las condiciones en las que
realizamos una acción son importantes para nuestra
opinión de la misma.
El contexto en términos de nuestro cuerpo-mente está determinado por el
espacio.
Es diferente la experiencia de
realizar un movimiento corporal con espacio en las articulaciones, que
realizarlo desde un estado de compresión y colapso.
Es diferente la experiencia de
tomar una decisión cuando nos damos espacio, que cuando tenemos que hacerlo a
las apuradas.
Es diferente la experiencia
emocional de viajar en un ascensor solo o con una persona amiga, que hacerlo
con un desconocido.
Cuidar el contexto no implica
olvidarse del contenido, sino darle las mejores condiciones para que este se
manifieste.
El contenido (los fines) es la
razón por la que hacemos algo. Si vas a una charla de un tema que te interesa,
vas por la información que allí se brindará. Para aprovechar al máximo ese
contenido, conocete, sabé lo que te hace bien y te da satisfacción, y cuidá tu
contexto. Cuidar el contexto es lo mejor que podemos hacer por nuestros fines
concretos.
Organizar tu contexto es el paso previo a toda acción.
Primero nos organizamos
interna y externamente, luego accionamos sobre el mundo. Ciertas personas nacen
con una organización interna natural, nada los estresa ni abruma. Si, como yo,
no te contás dentro de esos afortunados, pero igual deseás poder disfrutar de
la vida, aprender a coordinar e integrar el funcionamiento de tu cuerpo-mente
tendría que ser una prioridad.
Suficiente teoría, pasemos a
unas prácticas.
Pero antes, ¿qué tal si nos
movemos un poco?
Entrecruzá los dedos de las
manos, rotá las palmas hacia afuera y estirá los brazos hacia adelante y hacia
arriba. Soltá los dedos y bajá los brazos dibujando un semicírculo a tus
costados. Cerrá los ojos y sacudí los brazos y los hombros.
Excelente. Sigamos.
La práctica de hoy tiene 2
componentes:
1.
Crearme un Espacio Seguro.
2.
Parar y Recordarme.
1.
Crearme un Espacio Seguro.
a)
Espacio físico:
El lugar dónde realizamos nuestras actividades es
importante para nuestra comodidad, seguridad y libertad. Todos nuestros
sentidos están involucrados.
- Mirá alrededor tuyo y
fijate si lo que ves te da tranquilidad. ¿Qué tal los sonidos? ¿Y las
sensaciones físicas? ¿Olores? ¿Compañía? Ajustá lo que necesites para estar
cómodo.
b)
Espacio corporal y mental:
Conocernos física y
mentalmente es importante.
Tu piel, tus músculos, tus huesos, tus órganos, todos ellos te
dan consistencia, límites y soporte, y llenan tus espacios internos. Aprendé a
percibirlos con algunas de las siguientes ideas:
- Sentí la piel
acariciándola en toda sus extensión, dándote una ducha, un baño de inmersión, o
dejando que el viento la recorra.
- Mirá unas láminas de
anatomía, donde puedas ver los huesos, los músculos y los órganos y date un
auto-masaje, mientras palpás las diferentes partes.
- Podés practicar algunos de
los ejercicios de auto-observación que planteo en este blog, o en
este.
Tus pensamientos también tienen su cualidad,
aprendé a conocerlos y notar sus efectos en el cuerpo.
- Una excelente práctica
para descubrir el funcionamiento de tu mente es la meditación. Te recomiendo
leer este blog (escrito por Eduardo Gómez Haedo).
c)
Espacio Personal:
El espacio inmediatamente
alrededor tuyo es tu espacio personal. Vale recorrerlo también, y reconocerlo.
- Notá cómo se agranda y se
achica en diferentes circunstancias. ¿Qué determina que crezca o que se encoja?
¿Lo podés hacer crecer o contraerse a voluntad?
- Si estás sentado, notá
cómo podés integrar la silla a tu sistema y sentir dónde tocan el piso las
patas, si tomás un lápiz, notá cómo podés sentir la punta cuando escribís con
él en un papel.
- Con tus pies en el piso,
notá que podés sentir el piso no sólo debajo de tus pies, sino que también cómo
se extiende alrededor tuyo en 360 grados. Si te parás sobre un banquito angosto
podrás notar que ahora no sentís esa misma extensión horizontal, sino que tu
conciencia va hacia la base del banco.
d)
Espacio Compartido:
Compartimos nuestros
espacios con cosas, animadas e inanimadas.
- Notá cómo reaccionás
cuando algo o alguien ingresa en tu espacio personal.
- Notá cómo reaccionan los
otros cuando tú ingresas en su espacio personal.
- Notá la diferencia en las
reacciones cuando se pide y concede permiso para ingresar, tanto en tu espacio
como en el de otros.
- Con alguien con quien te
sientas cómodo en contacto físico, permitile que te mueva mientras mantenés tu
conciencia en tus espacios internos y externos. ¿Hay algún momento que te
retirás del contacto?
- Probá mover tú a alguien
con quien tengas confianza. Notá tus espacios internos y externos, integrando
el espacio del otro a tu movimiento.
2.
Parar y Recordarme.
Durante cualquiera de las prácticas anteriores, vas a
notar que por momentos tu atención se va. Cuando te des cuenta de ello es el
momento de parar y volver a ti. Volver a ti es volver a tus espacios internos y
externos, es volver a crearte espacio y reconocerlo.
Volver a ti es la forma de cuidar tu contexto, para tu
experiencia de los contenidos de tu vida sea la más disfrutable.
Te recomiendo leer este blog sobre el arte del parar (también de Eduardo Gómez
Haedo).
Bueno, es todo por hoy.
Hoy estuvo largo. Si llegaste hasta aquí seguramente
necesites mover un poco el cuerpo nuevamente. ¿Qué tal si nos permitimos un
buen bostezo, nos desperezamos grande, y nos sacudimos con un perro saliendo
del agua?
Ahora sí. Como siempre, cualquier duda, pregunta, o
comentario podés dejarlo en el espacio debajo.
Respiremos juntos una última vez. Adentro… Afuera… Ah!
Gracias por venir.
Hasta la próxima.
Victoria
sábado, 11 de octubre de 2014
Un blog
sobre cómo liberar la respiración.
¡Hola! Qué lindo reencontrarnos.
¿Cómo te fue con la propuesta de la semana pasada? Si te quedaron preguntas o tenés algo
que comentarme al respecto, sentite libre de escribirme aquí en el blog, o
mandarme un email.
¿Te parece si empezamos con la propuesta de hoy centrándonos?
Paremos con lo que veníamos haciendo e inhalemos
dejando que el aire llegue hasta nuestros pies, conectándonos con el piso. Exhalemos
dejando que el aire suba desde nuestros pies hacia nuestra pelvis, nuestra
panza, nuestro pecho, nuestro cuello, nuestra cabeza y salga flotando.
El tema del blog de hoy es justamente cómo liberar la
respiración. Mi propósito es compartirte tres áreas del cuerpo que sirve tener
libres para facilitar la entrada y salida del aire.
Para poder percibir las
áreas de las que quiero contarte está bueno empezar por crearnos un poco de
espacio. Así que te invito a desperezarte un poco. Estirate como un gato y
bostezá grande.
¿Qué
tenemos que saber sobre la respiración para liberarla?
1. La respiración afecta y es afectada por todo tu ser
(principio de Unidad). Cuando tu
cuerpo está libre de tensiones innecesarias, la respiración genera una ola de
movimiento de que se siente de la cabeza a los pies, y masajea todos los
órganos. La respiración es también un medidor de tu estado emocional y mental.
2. La respiración se “hace sola”, estás diseñado para
respirar bien sin esfuerzos, cuando la dejás actuar libremente (principio de Diseño).
3. Incluso cuando no la dejás funcionar libre,
respirás igual, porque es una función vital. Sin embargo, todo lo que le ponés
de traba afecta la eficiencia de la respiración (principio del Uso).
4. Reconocer que la respiración requiere de movimiento
en tus costillas (o sea en tus costados y tu espalda, y no solo en tu pecho) y
genera movimiento en tu abdomen te empieza a dar una idea de las áreas que
deberían estar libres para moverse con cada inhalación y exhalación (principio
de Percepción).
5. Como la respiración se hace sola, no necesitás
“aprender a respirar”. Lo que necesitás es aprender a dejar de interferir con
tu respiración (principio de Medios y Fines).
6. Y ahora que sabés que la respiración ocurre, la
próxima vez que te digan “respirá profundo”, ya sabés que tenés que frenar tus
ganas de hacer un esfuerzo por aspirar un montón de aire. En vez, date unos
segundos para reconocer las zonas que necesitás liberar para que, al moverse
libremente, creen solitas más espacio para más aire (principio del Hábito).
Muy bien, suficiente teoría. Vayamos a lo práctico.
Pero antes, sacudámosnos un poco para despertarnos. Mové un poquito el cuello,
los hombros, los dedos de los pies y las manos… o simplemente sacudite
vigorosamente como un perro mojado.
¿Dónde
necesito crear espacio para que se libere la respiración?
Los lúgares que siempre se
mencionan para esto son las costillas (espalda y costados del cuerpo) y el
abdomen.
Yo te voy a proponer 3 otras
zonas que para mí son claves, ya que pemiten liberar la espalda, las costillas
y el abdomen.
Te sugiero probar lo siguiente
recostado en posición semi-supina.
1. Las ingles.
Cuando hay espacio en la
articulación de la cadera, se liberan también el diafragma pélvico, la espalda
baja (las lumbares), el diafragma abdominal y las costillas bajas.
2. Las axilas.
Cuando hay espacio en la
articulación del hombro se libera el cuello y la espalda alta y costillas
superiores.
3. La mandíbula.
Al dejar de apretar las
muelas se libera la tensión del rostro, la garganta, la lengua y la parte alta
del cuello.
Ahora, creá espacio en todo tu torso y tu cuello, trazando líneas que unan
diagonalmente tus ingles con tus axilas, y tus axilas con tus orejas.
Finalmente, notá el flujo de
aire que entra y sale naturalmente cuando respirás.
Cuando el aire entra,
permití que tu mandíbula, axilas e inglés se suelten un poquito más, sintiendo
como los costados de tu cuerpo se expanden.
Cuando el aire sale, permití
que tus diagonales se suelten y expandan, y sentí como crecés en largo y ancho.
Si estás aventurero y querés
jugar un poco con tu respiración, podés dejar que tus exhalaciones sean más
largas que las inhalaciones. Este es un gran ejercicio para bajar las
revoluciones y calmar a todo tu sistema nervioso.
Recordá siempre que no estás “haciendo” nada, simplemente estás “permitiendo”
que la respiración ocurra mediante la liberación de tensión y la
creación de espacio interno.
Y ya que estamos respirando tan libremente, aprovechemos
para bostezar y desperezarnos, soltando mandíbula, axilas, ingles y dejando que
se expanda grande todo el torso.
Te invito esta semana a jugar con esto de la
respiración, experimentá con lo que propuse y contame luego cómo te fue.
Si te quedaron dudas, preguntas o tenés un comentario,
te invito a dejármelo en el espacio para comentarios o enviármelo por email.
Cerremos este encuentro volviendo a nuestro centro,
respirando allí, dejando que se aquieten las aguas, y quedando así listos para
nuestra próxima actividad.
Hasta la próxima.
Victoria.
viernes, 3 de octubre de 2014
On 15:24 by Unknown in Crear Espacio No comments
Un blog sobre cómo crear espacios
Hola. Soy Victoria. Bienvenido al blog. ¿Cómo estás
hoy?
Yo tiendo a andar un poco acelerada. Fuera de mi
centro. Por eso me gusta parar cuando noto que algo nuevo empieza.
Te invito a centrarnos. Solamente pará con todo lo que
estabas haciendo, notá tu respiración y las sensaciones que te llegan a través
de tus sentidos. Inhalemos y exhalemos juntos.
Gracias. Ahora sí, arranquemos.
En este blog me gustaría contarte lo que he aprendido
sobre crear espacios: espacios mentales y físicos,
espacios dentro y fuera, espacios entre el estímulo y la reacción.
Me quedo contenta si al final de este encuentro te
pude comunicar algo de lo liberador que es darse
esos espacios; y si no los conocés que te haya tentado lo suficiente para
probarlos.
¿Cuál ha sido tu experiencia con tu
espacio personal?
Voy a mostrarte cómo creo yo mis espacios.
Me baso en los siguientes principios:
Unidad: Si creo espacio en mi cuerpo, tendré espacio en mi
mente.
Diseño: Mi cuerpo está diseñado para ocupar
cierto espacio con libertad, y lo hará si se lo permito.
Uso-Estructura-Funcionamiento: Cuando le doy su debido espacio a
mis estructuras, estas funcionan mejor.
Mejorar la percepción: Cuando las estructuras tienen
espacio, las puedo percibir mejor que cuando están apretadas.
Parar
y Elegir: Como
mi hábito es atropellarme, necesito parar antes de actuar, para darme espacio
para elegir.
El Cómo
sobre el Qué: Darme espacio físico es solo posible si me doy espacio mental
también. Cómo me doy ese espacio es lo más importante. Por eso, si estoy muy
acelerada, me acuesto en semi-supina; me doy las mejores condiciones para parar
realmente.
¿Te parece si antes de seguir, nos damos un poco de
espacio?
Te invito a que bostecemos y nos estiremos un poco,
para darle aire a los tejidos y las articulaciones.
Bueno, a nivel práctico, ¿cómo
creo mis espacios?
Lo primero es decidir qué espacios estoy
necesitando habilitar.
¿Dónde se está trancando el flujo de
movimiento? ¿Dónde hay tensión? ¿Dónde siento que estoy fuera de ritmo?
Una vez que identifico el área que pide más espacio
para funcionar o integrarse, busco en su estructura
algunos puntos para tomar de referencia, y trato de entender cómo está
diseñada para funcionar.
Si lo que quiero es crear espacio en mis pies, puedo
mirar su anatomía en un libro, y luego palparlos en mi propio cuerpo.
Si no tengo ni idea qué hacer, pido ayuda a alguien
que sepa más que yo del tema.
Elijo dos puntos en la estructura que
quiero liberar. Los toco simultáneamente y me doy cuenta que hay un espacio
entre ellos. Los uno con una línea imaginaria e imagino que los extremos de esa
línea se alejan entre sí, flotando como en corrientes de agua opuestas.
Te invito a que pruebes esto por ti mismo. Elegí puntos en tu cuerpo, unilos con líneas imaginarias, y dejá que
floten alejándose. Ayuda hacerlo acostado boca arriba sobre el piso, con tus
pies apoyados y tu cabeza apoyada sobre un libro gordito.
Al hacer este ejercicio, reconocé todo el
espacio que hay entre punto y punto. También podés
reconocer el espacio a tu alrededor, dejando que tus líneas se proyecten más
allá del límite de tu cuerpo.
Este espacio que te creás dentro, fuera, entre tú y los estímulos que te
llegan, este espacio te vuelvo multi-dimensional,
te vuelve real, te de-vuelve a ti mismo.
Te invito a vivir desde este lugar y volver a él cuantas veces quieras.
Es tu espacio personal.
Es tu casa, es tu verdadero hogar.
Hasta la próxima.
Victoria
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