viernes, 27 de septiembre de 2013
On 15:31 by Unknown No comments
Cuando hablamos de la unidad psicofísica, o de la integración cuerpomente, a veces nos olvidamos que esta unidad incluye al contexto. En otras palabras, el 'afuera' no está separado del 'adentro'.
Estaba ayer dándole una clase de Técnica Alexander a una amiga mientras le contaba sobre un curso que voy a ofrecer pronto que apunta a ayudar a las personas a "pensar sus cuerpos" de tal forma que la mayoría de los movimientos o acciones se vuelvan simples, fáciles y placenteros. Estará basado en el repertorio básico de Pilates y el objetivo es darle a los participantes las herramientas para pensar su cuerpo durante su práctica de Pilates, o de cualquier otra forma de movimiento, con mayor facilidad. Estaba yo hablando y hablando sobre los efectos liberadores que tienen el ser capaz de pensar el cuerpo a través de cualquier secuencia de movimientos, cuando mi amiga me interrumpió muy atinadamente con la siguiente pregunta:
"Todo esto es fantástico Vicky; pero ¿qué pasa cuando el participante termina tu curso y vuelve a su estudio de Pilates o gimnasio o club deportivo y su instructor o entrenador no sabe nada de todo esto, y obviamente planteará su trabajo desde su propio paradigma? ¿No ocurrirá entonces que tus participantes se verán arrastrados una vez más a su vieja forma de moverse porque el contexto no facilita la integración del nuevo paradigma?"
Me resultó una observación francamente brillante.
Es cierto; nuestras clases de Alexander, prácticas de meditación, grupos de crecimiento personal de todo tipo, todos ellos ocurren dentro de un contexto que facilita el aprendizaje.
Los maestros, instructores y facilitadores de estas experiencias se esfuerzan mucho para crear las condiciones apropiadas para que emerja la nueva experiencia. En palabras de un buen amigo y experto meditador, "No puedes hacer que el samaddhi venga a ti; todo lo que puedes hacer es crear el espacio y las condiciones adecuadas para su visita en caso de que decida hacerlo." Otro amigo me explicó lo mismo con una cita de la Biblia, y tuve que ir a chequear Lucas 12, 35-40.
Habiendo dicho todo esto, reconozcamos que la Vida ocurre allí afuera, en la 'jungla' por así decirlo, donde las condictiones NO son ideales y donde se activan constantemente nuestras reacciones habituales instantáneas. La semana pasada escribí sobre cómo incluso una instructora de Yoga en un video podía hacerme reaccionar habitualmente, a pesar de todo mi entrenamiento en inhibición, parar, y volver a mí misma.
La experiencia de la semana pasada me llevó a una investigación sobre este tema del 'contexto'.
Por temas que no vienen al tema ahora, me recomendaron aumentar mi masa muscular, y que para ello debería incursionar en alguna forma de ejercicio físico de alto impacto, aparte de mi rutina básica de Pilates. Así que empecé a mirar videos de fitness.
Al principio ¡casi me da un ataque!
Todo lo que ocurría en los videos era lo opuesto a mi filosofía de vida y movimiento. La actitud imperante de "¡Tú puedes! ¡Esfuérzate más!" desató en mí todo tipo de malos recuerdos de cuando me adhería a esta filosofía y me esforcé al punto de acabar odiando toda forma de ejercicio físico.
Pero, me acordé de parar, tomar distancia de la experiencia emocional, poner el video en mute (esto ayuda mucho) y nada más observar, mirar lo que estaba ocurriendo en los ejercicios. Ignorando la calidad de uso de los participantes del video, simplemente observé los movimientos. Y ¡bingo! Pude hacer la traducción a mi paradigma. ¡Yo sé moverme! ¡Yo sé cómo pensar en movimiento! ¡Y lo que este video me invita a hacer es MOVERME! Así de simple. Puedo aceptar o rechazar la invitación, esa es mi elección.
Así que mi nuevo desafío ha sido probar estos nuevos videos de ejercicio físico y medir mi capacidad de mantenerme dentro de mi paradigma a pesar de los estímulos incesantes que me incitan a unirme a la mentalidad de "darle duro hasta caer rendido". No es fácil, pero es un excelente entrenamiento para vivir en la antes mencionada 'jungla'.
Con práctica y paciencia y una buena dosis de humor, hasta me puedo ver a mi misma disfrutando de estos videos, disfrutando del ESTAR CON los estímulos sin ser absorbida dentro de su punto de vista; o, como lo dirían varias escrituras sagradas, "Estar en este mundo, pero no ser parte de él."
Estaba ayer dándole una clase de Técnica Alexander a una amiga mientras le contaba sobre un curso que voy a ofrecer pronto que apunta a ayudar a las personas a "pensar sus cuerpos" de tal forma que la mayoría de los movimientos o acciones se vuelvan simples, fáciles y placenteros. Estará basado en el repertorio básico de Pilates y el objetivo es darle a los participantes las herramientas para pensar su cuerpo durante su práctica de Pilates, o de cualquier otra forma de movimiento, con mayor facilidad. Estaba yo hablando y hablando sobre los efectos liberadores que tienen el ser capaz de pensar el cuerpo a través de cualquier secuencia de movimientos, cuando mi amiga me interrumpió muy atinadamente con la siguiente pregunta:
"Todo esto es fantástico Vicky; pero ¿qué pasa cuando el participante termina tu curso y vuelve a su estudio de Pilates o gimnasio o club deportivo y su instructor o entrenador no sabe nada de todo esto, y obviamente planteará su trabajo desde su propio paradigma? ¿No ocurrirá entonces que tus participantes se verán arrastrados una vez más a su vieja forma de moverse porque el contexto no facilita la integración del nuevo paradigma?"
Me resultó una observación francamente brillante.
Es cierto; nuestras clases de Alexander, prácticas de meditación, grupos de crecimiento personal de todo tipo, todos ellos ocurren dentro de un contexto que facilita el aprendizaje.
Image courtesy of mack2happy FreeDigitalPhotos.net |
Habiendo dicho todo esto, reconozcamos que la Vida ocurre allí afuera, en la 'jungla' por así decirlo, donde las condictiones NO son ideales y donde se activan constantemente nuestras reacciones habituales instantáneas. La semana pasada escribí sobre cómo incluso una instructora de Yoga en un video podía hacerme reaccionar habitualmente, a pesar de todo mi entrenamiento en inhibición, parar, y volver a mí misma.
La experiencia de la semana pasada me llevó a una investigación sobre este tema del 'contexto'.
Por temas que no vienen al tema ahora, me recomendaron aumentar mi masa muscular, y que para ello debería incursionar en alguna forma de ejercicio físico de alto impacto, aparte de mi rutina básica de Pilates. Así que empecé a mirar videos de fitness.
Al principio ¡casi me da un ataque!
Image courtesy ofDavid Castillo DominiciFreeDigitalPhotos.net |
Pero, me acordé de parar, tomar distancia de la experiencia emocional, poner el video en mute (esto ayuda mucho) y nada más observar, mirar lo que estaba ocurriendo en los ejercicios. Ignorando la calidad de uso de los participantes del video, simplemente observé los movimientos. Y ¡bingo! Pude hacer la traducción a mi paradigma. ¡Yo sé moverme! ¡Yo sé cómo pensar en movimiento! ¡Y lo que este video me invita a hacer es MOVERME! Así de simple. Puedo aceptar o rechazar la invitación, esa es mi elección.
Así que mi nuevo desafío ha sido probar estos nuevos videos de ejercicio físico y medir mi capacidad de mantenerme dentro de mi paradigma a pesar de los estímulos incesantes que me incitan a unirme a la mentalidad de "darle duro hasta caer rendido". No es fácil, pero es un excelente entrenamiento para vivir en la antes mencionada 'jungla'.
Con práctica y paciencia y una buena dosis de humor, hasta me puedo ver a mi misma disfrutando de estos videos, disfrutando del ESTAR CON los estímulos sin ser absorbida dentro de su punto de vista; o, como lo dirían varias escrituras sagradas, "Estar en este mundo, pero no ser parte de él."
viernes, 20 de septiembre de 2013
La Técnica Alexander es un estudio de nuestra reacción a los estímulos.
Estamos bombardeados por estímulos constantemente. Los hay de todas las formas y especies.
La siguiente podría ser una forma de clasificarlos, según nuestro grado de conciencia de ellos como "estímulos" per se, y por ende nuestra libertad de elegir nuestra respuesta:
1) Estímulos Conocidos de los que somos conscientes y por lo tanto somos capaces de elegir nuestra respuesta; por ejemplo yo soy consciente de que el ring del teléfono es un estímulo que me pide una respuesta, pero me he enseñado a soltar mi exceso de tensión antes de atenderlo.
2) Estímulos Conocidos de los que nos somos conscientes y por lo tanto respondemos habitualmente; por ejemplo yo no soy consciente generalmente de que el frío es un estímulo y por ello me encuentro por lo general apretando el cuerpo en una respuesta habitual a "tratar de mantener el frío afuera" (aunque dudo que hundir mi cabeza en mis hombros cual tortuga me de calor de verdad)
3) Nuevos Estímulos de los que no podemos ser conscientes de antemano y por lo tanto generarán una respuesta de sobresalto o temor.
Quiero hablarles de esta tercera categoría.
El ejemplo más obvio es un ruido fuerte; pero por lo general somos capaces de soltar la tensión que nos generan bastante pronto luego del sobresalto.
Me interesan más aquellos nuevos estímulos que generan una respuesta psicológica de aprehensión, como ser por ejemplo el aprender algo nuevo.
Comencé a tomar clases de tango. Voy una vez a la semana a un grupo de niveles mezclados. A pesar de varios años de práctica con la Técnica Alexander, y de estar en bastante buena forma física luego de varios años de Pilates, igual estaba bastante tensa en mis primeras clases.
"¿Por qué?" me pregunté, "Tengo una coordinación bastante buena, puedo pensar y sentir mi cuerpo en secuencias de movimiento complejas, estoy acostumbrada a dar y recibir dirección a través del contacto... ¿Por qué la tensión entonces?"
Simple, es algo nuevo... y quiero ser buena. Estoy cayendo en la misma vieja trampa de la que habla Alexander en sus libros: el alumno va al maestro para aprender algo nuevo (que por lo tanto le es DESCONOCIDO) y sin embargo pretende saberlo instantáneamente (por SABER quiero decir poder incorporar el conocimiento).
Lo mismo me ocurrió devuelta ayer, pero esta vez estaba tratando de aprender una secuencia de poses de yoga (o vinyasa como le llaman) de un video. Me preparé toda: yoga mat, pantalones cómodos, actitud-OM, conocimientos de coordinación de la Técnica Alexander... y le di play al video. Casi en seguida estaba "tratando de hacerlo bien". Pero esta vez tuve que parar y reírme de mi misma un rato. ¡¡Por Dios, la profe es un video!! ¡¿A quién diablos estoy tratando de impresionar?!
Esta vez sin embargo, mi propia risa me ayuda a salirme de mi patrón habitual de respuesta. Me di cuenta que "podía parar el video". Así de simple. Podía poner pausa, darme tiempo, ir para atrás y volver a mirar la secuencia y ver si comprendía todo lo que se requería para cada pose, elegir mis propias direcciones guía (no es necesario seguir siempre las direcciones del instructor del video). ¡¡¡Tantas opciones!!! Luego de ver el video varias veces, de experimentar con las poses un poco, y de darme permiso para que me salgo todo mal igual, pude hacer la simple secuencia y ¡DISFRUTARLA!
Cada vez que tratamos de aprender algo nuevo necesitamos reconocer que NO LO SABEMOS AÚN, y que realmente no se espera que lo sepamos. Las primeras veces todos los estímulos serán nuevos y rápidamente podemos entrar en sobredosis de información. Así que TOMATE TU TIEMPO para permitirle a cada pedazo del rompecabezas a encontrar su lugar en el gran diseño. DATE PERMISO para equivocarte y para experimentar. ¡DIVERTITE!
--
Image Attribution: Jerzy Dzieciaszek, PhotoTango.net [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
Estamos bombardeados por estímulos constantemente. Los hay de todas las formas y especies.
La siguiente podría ser una forma de clasificarlos, según nuestro grado de conciencia de ellos como "estímulos" per se, y por ende nuestra libertad de elegir nuestra respuesta:
1) Estímulos Conocidos de los que somos conscientes y por lo tanto somos capaces de elegir nuestra respuesta; por ejemplo yo soy consciente de que el ring del teléfono es un estímulo que me pide una respuesta, pero me he enseñado a soltar mi exceso de tensión antes de atenderlo.
2) Estímulos Conocidos de los que nos somos conscientes y por lo tanto respondemos habitualmente; por ejemplo yo no soy consciente generalmente de que el frío es un estímulo y por ello me encuentro por lo general apretando el cuerpo en una respuesta habitual a "tratar de mantener el frío afuera" (aunque dudo que hundir mi cabeza en mis hombros cual tortuga me de calor de verdad)
3) Nuevos Estímulos de los que no podemos ser conscientes de antemano y por lo tanto generarán una respuesta de sobresalto o temor.
Quiero hablarles de esta tercera categoría.
El ejemplo más obvio es un ruido fuerte; pero por lo general somos capaces de soltar la tensión que nos generan bastante pronto luego del sobresalto.
Me interesan más aquellos nuevos estímulos que generan una respuesta psicológica de aprehensión, como ser por ejemplo el aprender algo nuevo.
Comencé a tomar clases de tango. Voy una vez a la semana a un grupo de niveles mezclados. A pesar de varios años de práctica con la Técnica Alexander, y de estar en bastante buena forma física luego de varios años de Pilates, igual estaba bastante tensa en mis primeras clases.
"¿Por qué?" me pregunté, "Tengo una coordinación bastante buena, puedo pensar y sentir mi cuerpo en secuencias de movimiento complejas, estoy acostumbrada a dar y recibir dirección a través del contacto... ¿Por qué la tensión entonces?"
Simple, es algo nuevo... y quiero ser buena. Estoy cayendo en la misma vieja trampa de la que habla Alexander en sus libros: el alumno va al maestro para aprender algo nuevo (que por lo tanto le es DESCONOCIDO) y sin embargo pretende saberlo instantáneamente (por SABER quiero decir poder incorporar el conocimiento).
Lo mismo me ocurrió devuelta ayer, pero esta vez estaba tratando de aprender una secuencia de poses de yoga (o vinyasa como le llaman) de un video. Me preparé toda: yoga mat, pantalones cómodos, actitud-OM, conocimientos de coordinación de la Técnica Alexander... y le di play al video. Casi en seguida estaba "tratando de hacerlo bien". Pero esta vez tuve que parar y reírme de mi misma un rato. ¡¡Por Dios, la profe es un video!! ¡¿A quién diablos estoy tratando de impresionar?!
Esta vez sin embargo, mi propia risa me ayuda a salirme de mi patrón habitual de respuesta. Me di cuenta que "podía parar el video". Así de simple. Podía poner pausa, darme tiempo, ir para atrás y volver a mirar la secuencia y ver si comprendía todo lo que se requería para cada pose, elegir mis propias direcciones guía (no es necesario seguir siempre las direcciones del instructor del video). ¡¡¡Tantas opciones!!! Luego de ver el video varias veces, de experimentar con las poses un poco, y de darme permiso para que me salgo todo mal igual, pude hacer la simple secuencia y ¡DISFRUTARLA!
Cada vez que tratamos de aprender algo nuevo necesitamos reconocer que NO LO SABEMOS AÚN, y que realmente no se espera que lo sepamos. Las primeras veces todos los estímulos serán nuevos y rápidamente podemos entrar en sobredosis de información. Así que TOMATE TU TIEMPO para permitirle a cada pedazo del rompecabezas a encontrar su lugar en el gran diseño. DATE PERMISO para equivocarte y para experimentar. ¡DIVERTITE!
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Image Attribution: Jerzy Dzieciaszek, PhotoTango.net [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
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