viernes, 27 de septiembre de 2013

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Cuando hablamos de la unidad psicofísica, o de la integración cuerpomente, a veces nos olvidamos que esta unidad incluye al contexto. En otras palabras, el 'afuera' no está separado del 'adentro'.

Estaba ayer dándole una clase de Técnica Alexander a una amiga mientras le contaba sobre un curso que voy a ofrecer pronto que apunta a ayudar a las personas a "pensar sus cuerpos" de tal forma que la mayoría de los movimientos o acciones se vuelvan simples, fáciles y placenteros. Estará basado en el repertorio básico de Pilates y el objetivo es darle a los participantes las herramientas para pensar su cuerpo durante su práctica de Pilates, o de cualquier otra forma de movimiento, con mayor facilidad. Estaba yo hablando y hablando sobre los efectos liberadores que tienen el ser capaz de pensar el cuerpo a través de cualquier secuencia de movimientos, cuando  mi amiga me interrumpió muy atinadamente con la siguiente pregunta:

"Todo esto es fantástico Vicky; pero ¿qué pasa cuando el participante termina tu curso y vuelve a su estudio de Pilates o gimnasio o club deportivo y su instructor o entrenador no sabe nada de todo esto, y obviamente planteará su trabajo desde su propio paradigma? ¿No ocurrirá entonces que tus participantes se verán arrastrados una vez más a su vieja forma de moverse porque el contexto no facilita la integración del nuevo paradigma?"

Me resultó una observación francamente brillante.

Es cierto; nuestras clases de Alexander, prácticas de meditación, grupos de crecimiento personal de todo tipo, todos ellos ocurren dentro de un contexto que facilita el aprendizaje.

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Los maestros, instructores y facilitadores de estas experiencias se esfuerzan mucho para crear las condiciones apropiadas para que emerja la nueva experiencia. En palabras de un buen amigo y experto meditador, "No puedes hacer que el samaddhi venga a ti; todo lo que puedes hacer es crear el espacio y las condiciones adecuadas para su visita en caso de que decida hacerlo." Otro amigo me explicó lo mismo con una cita de la Biblia, y tuve que ir a chequear Lucas 12, 35-40.

Habiendo dicho todo esto, reconozcamos que la Vida ocurre allí afuera, en la 'jungla' por así decirlo, donde las condictiones NO son ideales y donde se activan constantemente nuestras reacciones habituales instantáneas. La semana pasada escribí sobre cómo incluso una instructora de Yoga en un video podía hacerme reaccionar habitualmente, a pesar de todo mi entrenamiento en inhibición, parar, y volver a mí misma.

La experiencia de la semana pasada me llevó a una investigación sobre este tema del 'contexto'. 

Por temas que no vienen al tema ahora, me recomendaron aumentar mi masa muscular, y que para ello debería incursionar en alguna forma de ejercicio físico de alto impacto, aparte de mi rutina básica de Pilates. Así que empecé a mirar videos de fitness.

Al principio ¡casi me da un ataque!


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David Castillo Dominici

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Todo lo que ocurría en los videos era lo opuesto a mi filosofía de vida y movimiento. La actitud imperante de "¡Tú puedes! ¡Esfuérzate más!" desató en mí todo tipo de malos recuerdos de cuando me adhería a esta filosofía y me esforcé al punto de acabar odiando toda forma de ejercicio físico.

Pero, me acordé de parar, tomar distancia de la experiencia emocional, poner el video en mute (esto ayuda mucho) y nada más observar, mirar lo que estaba ocurriendo en los ejercicios. Ignorando la calidad de uso de los participantes del video, simplemente observé los movimientos. Y ¡bingo! Pude hacer la traducción a mi paradigma. ¡Yo sé moverme! ¡Yo sé cómo pensar en movimiento! ¡Y lo que este video me invita a hacer es MOVERME! Así de simple. Puedo aceptar o rechazar la invitación, esa es mi elección.

Así que mi nuevo desafío ha sido probar estos nuevos videos de ejercicio físico y medir mi capacidad de mantenerme dentro de mi paradigma a pesar de los estímulos incesantes que me incitan a unirme a la mentalidad de "darle duro hasta caer rendido". No es fácil, pero es un excelente entrenamiento para vivir en la antes mencionada 'jungla'.

Con práctica y paciencia y una buena dosis de humor, hasta me puedo ver a mi misma disfrutando de estos videos, disfrutando del ESTAR CON los estímulos sin ser absorbida dentro de su punto de vista; o, como lo dirían varias escrituras sagradas, "Estar en este mundo, pero no ser parte de él."

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