viernes, 20 de septiembre de 2013
La Técnica Alexander es un estudio de nuestra reacción a los estímulos.
Estamos bombardeados por estímulos constantemente. Los hay de todas las formas y especies.
La siguiente podría ser una forma de clasificarlos, según nuestro grado de conciencia de ellos como "estímulos" per se, y por ende nuestra libertad de elegir nuestra respuesta:
1) Estímulos Conocidos de los que somos conscientes y por lo tanto somos capaces de elegir nuestra respuesta; por ejemplo yo soy consciente de que el ring del teléfono es un estímulo que me pide una respuesta, pero me he enseñado a soltar mi exceso de tensión antes de atenderlo.
2) Estímulos Conocidos de los que nos somos conscientes y por lo tanto respondemos habitualmente; por ejemplo yo no soy consciente generalmente de que el frío es un estímulo y por ello me encuentro por lo general apretando el cuerpo en una respuesta habitual a "tratar de mantener el frío afuera" (aunque dudo que hundir mi cabeza en mis hombros cual tortuga me de calor de verdad)
3) Nuevos Estímulos de los que no podemos ser conscientes de antemano y por lo tanto generarán una respuesta de sobresalto o temor.
Quiero hablarles de esta tercera categoría.
El ejemplo más obvio es un ruido fuerte; pero por lo general somos capaces de soltar la tensión que nos generan bastante pronto luego del sobresalto.
Me interesan más aquellos nuevos estímulos que generan una respuesta psicológica de aprehensión, como ser por ejemplo el aprender algo nuevo.
Comencé a tomar clases de tango. Voy una vez a la semana a un grupo de niveles mezclados. A pesar de varios años de práctica con la Técnica Alexander, y de estar en bastante buena forma física luego de varios años de Pilates, igual estaba bastante tensa en mis primeras clases.
"¿Por qué?" me pregunté, "Tengo una coordinación bastante buena, puedo pensar y sentir mi cuerpo en secuencias de movimiento complejas, estoy acostumbrada a dar y recibir dirección a través del contacto... ¿Por qué la tensión entonces?"
Simple, es algo nuevo... y quiero ser buena. Estoy cayendo en la misma vieja trampa de la que habla Alexander en sus libros: el alumno va al maestro para aprender algo nuevo (que por lo tanto le es DESCONOCIDO) y sin embargo pretende saberlo instantáneamente (por SABER quiero decir poder incorporar el conocimiento).
Lo mismo me ocurrió devuelta ayer, pero esta vez estaba tratando de aprender una secuencia de poses de yoga (o vinyasa como le llaman) de un video. Me preparé toda: yoga mat, pantalones cómodos, actitud-OM, conocimientos de coordinación de la Técnica Alexander... y le di play al video. Casi en seguida estaba "tratando de hacerlo bien". Pero esta vez tuve que parar y reírme de mi misma un rato. ¡¡Por Dios, la profe es un video!! ¡¿A quién diablos estoy tratando de impresionar?!
Esta vez sin embargo, mi propia risa me ayuda a salirme de mi patrón habitual de respuesta. Me di cuenta que "podía parar el video". Así de simple. Podía poner pausa, darme tiempo, ir para atrás y volver a mirar la secuencia y ver si comprendía todo lo que se requería para cada pose, elegir mis propias direcciones guía (no es necesario seguir siempre las direcciones del instructor del video). ¡¡¡Tantas opciones!!! Luego de ver el video varias veces, de experimentar con las poses un poco, y de darme permiso para que me salgo todo mal igual, pude hacer la simple secuencia y ¡DISFRUTARLA!
Cada vez que tratamos de aprender algo nuevo necesitamos reconocer que NO LO SABEMOS AÚN, y que realmente no se espera que lo sepamos. Las primeras veces todos los estímulos serán nuevos y rápidamente podemos entrar en sobredosis de información. Así que TOMATE TU TIEMPO para permitirle a cada pedazo del rompecabezas a encontrar su lugar en el gran diseño. DATE PERMISO para equivocarte y para experimentar. ¡DIVERTITE!
--
Image Attribution: Jerzy Dzieciaszek, PhotoTango.net [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
Estamos bombardeados por estímulos constantemente. Los hay de todas las formas y especies.
La siguiente podría ser una forma de clasificarlos, según nuestro grado de conciencia de ellos como "estímulos" per se, y por ende nuestra libertad de elegir nuestra respuesta:
1) Estímulos Conocidos de los que somos conscientes y por lo tanto somos capaces de elegir nuestra respuesta; por ejemplo yo soy consciente de que el ring del teléfono es un estímulo que me pide una respuesta, pero me he enseñado a soltar mi exceso de tensión antes de atenderlo.
2) Estímulos Conocidos de los que nos somos conscientes y por lo tanto respondemos habitualmente; por ejemplo yo no soy consciente generalmente de que el frío es un estímulo y por ello me encuentro por lo general apretando el cuerpo en una respuesta habitual a "tratar de mantener el frío afuera" (aunque dudo que hundir mi cabeza en mis hombros cual tortuga me de calor de verdad)
3) Nuevos Estímulos de los que no podemos ser conscientes de antemano y por lo tanto generarán una respuesta de sobresalto o temor.
Quiero hablarles de esta tercera categoría.
El ejemplo más obvio es un ruido fuerte; pero por lo general somos capaces de soltar la tensión que nos generan bastante pronto luego del sobresalto.
Me interesan más aquellos nuevos estímulos que generan una respuesta psicológica de aprehensión, como ser por ejemplo el aprender algo nuevo.
Comencé a tomar clases de tango. Voy una vez a la semana a un grupo de niveles mezclados. A pesar de varios años de práctica con la Técnica Alexander, y de estar en bastante buena forma física luego de varios años de Pilates, igual estaba bastante tensa en mis primeras clases.
"¿Por qué?" me pregunté, "Tengo una coordinación bastante buena, puedo pensar y sentir mi cuerpo en secuencias de movimiento complejas, estoy acostumbrada a dar y recibir dirección a través del contacto... ¿Por qué la tensión entonces?"
Simple, es algo nuevo... y quiero ser buena. Estoy cayendo en la misma vieja trampa de la que habla Alexander en sus libros: el alumno va al maestro para aprender algo nuevo (que por lo tanto le es DESCONOCIDO) y sin embargo pretende saberlo instantáneamente (por SABER quiero decir poder incorporar el conocimiento).
Lo mismo me ocurrió devuelta ayer, pero esta vez estaba tratando de aprender una secuencia de poses de yoga (o vinyasa como le llaman) de un video. Me preparé toda: yoga mat, pantalones cómodos, actitud-OM, conocimientos de coordinación de la Técnica Alexander... y le di play al video. Casi en seguida estaba "tratando de hacerlo bien". Pero esta vez tuve que parar y reírme de mi misma un rato. ¡¡Por Dios, la profe es un video!! ¡¿A quién diablos estoy tratando de impresionar?!
Esta vez sin embargo, mi propia risa me ayuda a salirme de mi patrón habitual de respuesta. Me di cuenta que "podía parar el video". Así de simple. Podía poner pausa, darme tiempo, ir para atrás y volver a mirar la secuencia y ver si comprendía todo lo que se requería para cada pose, elegir mis propias direcciones guía (no es necesario seguir siempre las direcciones del instructor del video). ¡¡¡Tantas opciones!!! Luego de ver el video varias veces, de experimentar con las poses un poco, y de darme permiso para que me salgo todo mal igual, pude hacer la simple secuencia y ¡DISFRUTARLA!
Cada vez que tratamos de aprender algo nuevo necesitamos reconocer que NO LO SABEMOS AÚN, y que realmente no se espera que lo sepamos. Las primeras veces todos los estímulos serán nuevos y rápidamente podemos entrar en sobredosis de información. Así que TOMATE TU TIEMPO para permitirle a cada pedazo del rompecabezas a encontrar su lugar en el gran diseño. DATE PERMISO para equivocarte y para experimentar. ¡DIVERTITE!
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Image Attribution: Jerzy Dzieciaszek, PhotoTango.net [CC-BY-SA-3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons
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